lunes, 7 de octubre de 2013

Capítulo dos.

Cuando tenía 14 años conocí a Francesco, quien anteriormente comenté que parecía el amor de mi vida. Es el hermano de mi amiga, Julia. Julia es de esas amistades temporales, con las que tenes que caretear, porque para ser transparente estan los verdaderos amigos. La conocí porque era compañera de danza de mi compañera y amiga fiel, Aldana. Aldana y yo somos amigas desde jardín, pero, por como soy yo, siempre tuvimos "espacio", actividades y colegios diferentes, sino no tendríamos de qué hablar cuando nos viéramos. Bueno, dentro de las actividades de Aldi, estaba danza, donde asistía Julia, que era la típica diosa ídola de la moda que vos queres tener cerca, porque conoce muchísima gente. Por supuesto, en su momento, nada de esto se dijo, discretamente nos acercábamos a ella y sé que también algo nuestro le interesaba; porque, siendo cruel, éramos patéticas. Ni bien conocimos a "Ju", nos invitó a un pijama party, al cual asistimos sin ser sinceras con nuestros padres (dijimos que íbamos a lo de una compañera re tonta que supuestamente cumplía años, porque a ninguna de las familias le gustaba que fuéramos a casas de familias que no conocían). En el pijama party estaban todas las compañeras de colegio de Julia, que eran igual de elegantes que ella, todas se depilaban las cejas y usaban zapatos con algo de taco, cosa que para nosotras era futuro lejano. Como en todo pijama party, salió tema chicos. Nosotras teníamos cero experiencia y no sabíamos qué cara poner. Todas habían dado su primer beso y nosotras sólo jugando a la botellita con nuestros compañeros, qué cuál de todos más pavote! Sin siquiera mirarnos nos pusimos de acuerdo para mentir y ambas dijimos que habíamos "tranzado" (en ese momento, la palabra era "tranzar", lo que actualmente me da asco) con unos chicos de mi colegio, que habían ido a un matineé. Luego de conversar y reírnos inventando tipos de besos, una de las chicas empezó a pelear a Julia con "Fran", nosotras preguntamos quién era y Julia, enojada, dijo que era su hermano, de 18 años, aparentemente, atractivo. Tratando de hacernos las inocentes, fuimos al baño y empezamos a buscar por la casa algún cuadro de este chico Fran, no podíamos soportar la idea de poder estar compartiendo la casa con un "caño" (otro término ridículo) sin saberlo, y, por ende, sin hacer nada para que nos viera, éramos nuevas, más llamativas! Encontramos sólo fotos de chiquito, era rubio y muy bronceado, en una playa que parecía Punta del Este. No sé si por el paisaje, el traje de baño re canchero o la forma en que su piel absorbía el sol, Fran a los, supongo 9 años, era divino; y mi mente no dejaba de imaginarlo parecido a Benjamín Rojas, o Rodrigo Guirao Díaz.. ¡Qué tarada!
Sin encontrar fotos actuales del pibe, volvimos al cuarto, donde nos esperaban para apagar las luces y dormir el resto de las chicas. Al otro día, con Aldi nos levantamos primeras y fuimos derecho al baño, a producirnos para compartir el desayuno con nuestro futuro esposo (sí, de las dos). En 20 minutos estábamos con las caras despiertas y los pelos medianamente acomodados. Bajamos a desayunar con Julia y sus amigas. Una mesa muy grande de algarrobo nos esperaba con seis individuales, con seis tazas, con seis vasos con jugo de naranja, con seis cucharas, con seis platitos, con dos medias lunas cada uno, con variedades de tés, café, leche tibia, mermeladas, quesos, quesos light, edulcorante, terrones de azúcar... ¡Era perfecto! La mejor mañana de mi vida. Así vale la pena despertarse; con Aldana nos miramos boquiabiertas, pero lo correcto era actuar de forma natural, como si fuera cotidiano esa super desayuno americano. La mala noticia era que entre Julia, sus amigas, Aldi y yo, éramos seis. O sea, Fran no desayunaría con nosotras. Resignadas, nos sentamos a devorar. Cuidado! Las chicas como Julia cuidan su figura, por lo que sólo teníamos que tomar el queso light, una media luna, medio jugo y edulcorante. Todo era fingido, pero cómo nos gustaba ser parte de esa mesa!
Estábamos concluyendo la primer comida, cuando baja saltando por las escaleras él. Sí, lo llamé "él" porque es ÉL. Vamos por orden: unas zapatillas acordonadas pero sueltas, onda "soy re rebelde pero canchereo", un short corto estilo de tenis, todos los músculos de su pierna marcados por sus corridas, una chomba con las iniciales del equipo de rugby más winner de San Isidro, que era como un cartel que decía "estoy re dable, amame", su boca arqueada a un lado, demostrando que todo lo que hacía era para conquistarnos, porque sabía que estaba re bueno y sabía aprovecharse de todos sus atributos, él estaba dispuesto a encantar a las amigas pendejas de la hermana, no porque le interesáramos, sino por naturaleza, junto a la boca, dos pocitos, el sello de la simpatía, dos pocitos donde cabía justo la punta de mi nariz, que moría por estar ahí, besando apasionadamente al famoso Fran, los ojos eran terriblemente atractivos, entre verdes, grises y azules, con una mirada que tenía la intención de joder, y su pelo... Si en la foto me llamó la atención el pelo, en la vida me hipnotizó, era lacio pero con onda, hacia la izquierda, lado contrario de la mueca de su boca, era dorado. Sí, tenía el pelo dorado, no cuestionen. En 20 segundos bajó las escaleras, me enloqueció, pasó corriendo por la mesa sin decir una palabra y entre risas manoteó la media luna que quedaba en el plato de su hermana, ése era su desayuno, tenía ganas de molestar a Julia y moría por lucir su rapidez y rebeldía frente a las pendejas. Fueron los mejores 20 segundos de mi vida; fue un rayo que pasó y dejó toda el análisis previo, dejó una víctima fatal de sus encantos, una admiradora más.
Bueno, hora de volver al desayuno aburrido ignorando lo que pasó, en seguida Julia posó su penetrante mirada sobre todas, amenazando de muerte a la que hiciera un comentario respecto al Principito. Sí, es parecido al Principito, es mi relato y le digo como quiero.
Julia no me caía bien, sus amigas tampoco, y fingir, aunque me era sencillo, no me gustaba. Soy muy buena mintiendo pero no siento ningún regocijo al hacerlo, sé que cada vez que invento todos me creen, pero no me enorgullece, aunque no faltará oportunidad en que mentir bien me salve de algo groso y se me haga costumbre. Si bien la idea de tener que pensar cada palabra que decía y de mentirles a mis papás cada vez que iba a la casa de Julia no me cabía, valía la pena pasar toda mi vida mintiendo por ver 20 segundos de ese show, una vez más.
Después de desayunar, nos fuimos con Aldana caminando. Estábamos realmente lejos, pero teníamos que encontrar un lugar más cercano a donde supuestamente estábamos, para no generar sospechas. Por supuesto, a las chicas les mentimos, dijimos que teníamos que caminar un poco porque las media lunas tenían mucha grasa "and summer's coming". Ya les dije, soy muy buena fingiendo.
Ni bien salimos, la miré a Aldana y sin decir una palabra nos comentamos lo mismo: "ES UN CHURRO!!!!!!!!!!". Caminamos durante una hora y media hablando de Fran. Teníamos tanto que decir sobre su perfección que olvidamos mencionar los chapes inventados y llamar un taxi, caminamos hasta nuestras casas, para decir que nos habían traído los papás de la tonta.
Vivíamos a 15 cuadras de distancia. Cuando me separé de Aldana no pude evitar pasar las siguientes 5 cuadras con una sonrisa idiota en la cara, recordando a Fran, los comentarios de Aldi... Nuestra amistad con Julia recién empezaba y sabía que iba a ser conveniente.
Si bien nunca pensé en la idea de cambiarme de colegio al de Aldi, o al revés, ésta vez necesitaba estar con ella todo el tiempo, para poder hablar del Principito, necesitaba descargar un poco de amor, calmarme.
Como ambas íbamos a colegios de doble turno y teníamos muchas actividades, sólo nos veíamos los Jueves, en nuestras TardesTé (organizábamos pasar un rato de la tarde juntas y coincidía con el horario de la merienda, por lo que quedamos en que los Jueves se hacían las TardesTé). Pasé toda la semana esperando el Jueves, para poder seguir reviviendo la película de mi novio. Al fin llegó, la TardeTé, ésta vez, en mi casa. Decidí preparar unos scons para comer mirando la novela.
Lo primero que le dije a Aldi fue que había esperado toda la semana para poder seguir amando a Fran. Mirábamos Casi Ángeles y yo hacía comparaciones boludas: los ojos de Rama son como los de Fran, el pelo y el físico de Thiago..
-Por qué decís que tiene el físico de Fran si no lo viste en cuero?
-Ay, lo re imagino así.. Vos no? Cómo lo imaginas? Espero que no tenga pelos en el pecho..
-Api estas re pesada- Y se rió.
Las risas finales en los comentarios de Aldi no eran buenos. Los tiraba cuando sabía que había sido demasiado sincera. Noté que ella le daba, pero no lo amaba tanto como yo. O por ahí simplemente quería ver la novela, a mi tampoco me gustaban las interrupciones... De todas formas, me había vuelto insoportable, por lo que un poco me calmé, dejé de mencionarlo todo el tiempo, pero me mordía la lengua. Así fue como empecé a escribir. Un diario íntimo sin el encabezado "hola querido diario", qué boludas somos las mujeres, saludamos un librito de porquería que se fuma nuestros secretos. Escribía todo lo que pensaba. Gracias al universo, perdí ese diario de mierda y no tuve que leer que el pelo de Fran era dorado como los primeros rayos de sol de Septiembre. Siempre fui re cursi a escondidas.

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