miércoles, 25 de junio de 2014

Capítulo nueve.

"Ya me enteré de que tenes un día de mierda, hoy salimos con Victoria, no acepto un no"
Fue reconfortante despertarme de la siesta con un mensaje así de Jazmín, me levanté y me devoré lo que quedaba del desayuno. Eran las 6 y media de la tarde, no sabía qué ponerme y no me importaba. En realidad no tenía ganas de salir, estaba mal y las salidas con Jazmín eran ir a lo del amigo del primo del abuelo, y yo odio caer en cualquier lado. Seguía comiendo cuando me suena el teléfono, un mensaje de texto de un número que no tenía, "No seas conchuda y no te quedes llorando, hacemos previa las tres en lo de Jaz, tranqui. V".
Me pareció raro que me mandara y con tanta confianza, además que supiera que me quería quedar. Supuse que me pedía que saliera para no salir sola con Jazmín. Convencida, empecé a revolver el ropero para ver qué me ponía. Para elegir qué me pongo me baso en a dónde voy y con quién. Esta ocasión era una salida "tranqui" pero quería estar llamativa. Además cuando estoy mal de ánimo me gusta sentirme linda, es un equilibrio.
Lo único que realmente me importaba era tener asegurada una buena ración de alcohol porque tenía penas que ahogar. Jazmín me dijo que se encargaba, así que sólo me quedaba ocuparme de mi. Después de eso, ese día se convirtió en uno de esos en que tenes ganas de que sea la noche, que estas en tu casa y pones música y no ves la hora de que te tengas que empezar a producir y te sentís una pelotuda, sí.
Me bañé antes de cenar, comí unos pocos fideos porque sino me sentía panzona, pero lo suficiente como para no tener el estómago vacío y terminar tirada vomitando. Me sequé el pelo, me lo planché capa por capa, y me vestí. Al final me decidí por un jean completamente rajado, unos borcegos bajos con algo de taco y una remera corta que dice "BITCH". Soy fanática de las remeras escritas. Ese es el look con el que más cómoda me siento: sencillo pero muy personal.

En cuanto estuve cambiada, maquillada y peinada, salí para lo de Jaz. Había comprado un exagerado cajón de cerveza, y lo primero que pensé fue en mi panza descubierta, "ya fue" me dije a mi misma y me tiré en el sillón con un vaso mientras Jazmín seguía probandose ropa, Victoria no había aparecido.
Aburrida de esperar, me fui afuera a fumar un pucho. Sentada en el mismo banco en que me chapé a Marcos (el chabon con el que me vio Pancho, noche del orto). Fumaba, tomaba un trago y buscaba la posición en que menos se me marcara la panza, bue "panza", ahí era una escoba. Estaba muy distraída cuando sentí un piedrazo en la pierna, alsé la mirada y sí, era Victoria, riendose con la boca muy abierta, como siempre. Estaba muy canchera, calza, remera simple, camisa escocesa en la cintura y un rodete desastroso. Estaba así nomás pero le quedaba muy bien, capaz por su flacura estilizada, o por la seguridad con que lucía ese nido en la cabeza.
-Vos no haces otra cosa que fumar y chupar? Ah sí, llorar
-Peinate roñosa
Cuando se acercó a saludarme con un soplamoco en la nuca, pude ver lo bien que le quedaba el maquillaje exagerado, un delineado muy negro que le daba una mirada soberbia, y los labios -angelinajolienescos- de un bordeaux genial. Tenía cara de superioridad. Esa sorpresa que me dio ver tan producida a Victoria, me hizo darle una respuesta de nene de 10 años.
Por suerte, cuando entramos Jazmín ya se estaba planchando el pelo, así que nos sentamos con la compu a poner música y tomar, mientras la esperábamos para jugar al anillo. Amy Winehouse, Lilly Allen, Nirvana, P!nk, Linkin Park, un amplio repertorio de música que la describía como alguien que a mi me interesa. Creo que la música que escuchas te define, la canción que pones cuando agarrás la computadora dice más de vos que lo que vos decís de vos. No sé si soy clara, no creo.
Pasaban las horas y el exagerado cajón dejó de parecer exagerado, bajaba muy rápido. Después de emborracharnos una a la otra con el anillo, cometí el error de proponer el "yo nunca". El "yo nunca" nunca termina en nada bueno, aún así juegues solo. "Tuve sexo en la vía pública", "fumé faso", "pasé más de dos días sin bañarme", "hice un pete", "me chapé a más de dos en una noche", lloramos de risa con los básicos y Jazmín tiró una bomba "yo nunca me chapé una mina", la miré con cara de wtf y más wtf fue mi cara cuando vi que las dos tomaron. Se reían entre ellas y yo no entendía un carajo, no quise pedir explicaciones porque habíamos pautado no hacerlo. Se contesta y listo. Seguimos jugando hasta que jazmín dijo PARÁ y salió corriendo al baño a vomitar. Momento perfecto para ir afuera a fumar.

-Rompió eh
Malas noticias de Victoria, asomada en la puerta agarrada del marco, riendose y muy borracha.
-Igual yo voy al boliche, vamos nosotras
No me parecía buena idea ir al boliche sola con Victoria porque imaginaba que iba a estar hablando con gente que ella conocía y yo ahí re colgada como una boluda, pero era mejor que irme a dormir con ese pedo.
Ordenamos un poco, la acostamos a Jazmín y nos fuimos en el auto de Victoria, con una cerveza para el camino. No pude contenerme a cuestionar lo del yo nunca.
-Te chapaste una mina?
-Sip
-Por?
-Qué se yo Api, pintó. La vida no es tan chata como vos la ves eh

Me quedé pensando. Yo veo chata la vida? Es decir, pasé mi vida jactandome de "la que vivió todas" cuando en una noche me di cuenta de cuán errada estaba, hablé mal de la gente que juzga pero cuando escuché que se habían chapado a una mina puse los ojos como el dos de oro. Yo. La que se quebró la mano de una piña a un ropero. La que se garchó un NN y tuvo que volver a la casa semi desnuda. Esa Api estaba juzgando. Qué cara dura.
-Sos lesbiana?
Se río mirando al frente y se mordió el labio inferior.
-Vos sos de las que piensan que es una cosa o la otra. No?
-Por qué?
Llegamos al boliche, paró a la vuelta, se acomodó mirando al asiento acompañante y me dijo muy firme:
-Yo soy de las que hacen lo que quieren cuando quieren. No soy lesbiana ni heterosexual. Soy Victoria. 
"Soy Victoria y soy genial." Victoria era genial. Cómo se le ocurre a alguien definirse con su nombre? Me pareció sublime la idea de liberarte de toda etiqueta y ser vos, ser quien se te ocurre en el momento. Nunca lo había pensado así, las etiquetas no hacen más que limitar a las personas, sos ESO y no podes pasarte de la raya, tenes que vivir siendo eso. En cambio, si no tenes etiqueta, sos vos, sos lo que querés ser. En dos palabras Victoria me hizo darme cuenta de que no hay mejor libertad que ser uno mismo.
Bajó del auto riendose y yo la seguí, terminamos el pucho, la cerveza y entramos al boliche. Yo no lo conocía, era para mayores de 21. Victoria me hizo entrar y fue directo a la pista. Era muy grande y muy electrónico, mucha gente con botellitas de agua y cada cual en su mundo, bailaban como si no hubiera un mañana. El estado de la gente y el de Victoria me dio seguridad para bailar, cosa que nunca hacía. Revoleabamos los pelos y bailabamos como unas extasiadas, era mi lugar en el mundo.

AMO ESTA CANCIÓN dijo Victoria dejando su alma para bailarla. Descubrí lo placentero que era ver a alguien bailar, ver ese momento en que esa persona se siente libre, que se olvida que está con vos, que está en un boliche rodeada de desconocidos y sólo absorbe música, con cara de felicidad. Descubrí un nirvana en la cara de Victoria, que parecía tan insensible. Debo haberme quedado parada observándola porque me agarró de la cintura y sacudiendome entre risas me pidió que la acompañara con el baile. Me di cuenta de muchas cosas cuando al poner sus manos en mi espalda descubierta sentí electricidad, a veces algo tan simple como un roce se hace muy energético, esta fue una de esas veces. Traté de disimular que la cabeza me iba a mil y bailar así de cerca sin hacer una locura, pero evidentemente se me notó en la cara.
Bajó dos cambios, subió sus manos a mi nuca y me preguntó:
-Y vos? Qué sos?
Me reí, me acomodé el pelo y contesté:
-Hoy descubrí que soy Api
Nos besamos. No sé por qué, pero entendí que no hay nada mejor que hacer lo que se te cruza por la cabeza, seguir los impulsos. Seguimos bailando como el resto, como si no hubiera un mañana, no me importaba si lo había. Terminó la noche y, tampoco sé por qué, la invité a dormir a casa.

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